Esta página está dedicada a momentos para el recuerdo. Esos "hitos históricos" que a medida que van pasando los años te acuerdas de ellos, los comentas, los analizas y te haces la pregunta de si alguna vez fueron realidad.....
¡ Perdonar por lo macabro de la calabera, solamente lo puse como cachondeo !
Primavera de 1998
Más o menos, íbamos el grupo ciclista por una recta de Santa María
de Oia, dirección hacia la Guardia, cuando de pronto, como una exhalación,
pasa a la cabeza la "máquina" Celestino.Como
en el es habitual, se pone a tirar como un poseso. Yo iba justamente detrás,
como siempre, y más si vamos por el llano, con la lengua fuera. En un momento
determinado, consigo levantar la cabeza y observo a 50 metros un coche aparcado
en el arcén sobre la línea que llevaba el grupo. Era el único
obstáculo que había, y en plena recta, y por lo tanto, supuse que
el que iba en cabeza nos lo iba a avisar para rectificar ligeramente todos la
dirección de la marcha; 40 metros y no dice nada...., 30 metros y no dice
nada....., 20 metros y tampoco...., 10, 9, 8, 7, 6 ... , yo no espero y varío,
así como el resto de los que me seguían, cuando ante mi sorpresa,
Celestino a medio metro del coche y sin levantar la vista del manillar, pega con
fuerza su última pedalada, por si fuese poca la marcha que llevaba. ¡
La torta estaba servida !, y bien que se la pegó.
Se empotra contra la defensa trasera, pasa rodando por encima del capó y acaba dando tumbos por el asfalto. Paramos todos asustados por lo violento del acto que habíamos presenciado, y nuestra sorpresa fue que a pesar de que la bicicleta estaba totalmente rota - tronzada en su manillar -, nuestro amigo y "buen compañero", se levanta por sus propios medios, pregunta con voz baja ¿ vaya torta, no ? ¿ de donde salió ese coche ?....... y sin apenas quejarse, coge su bicicleta y, porque estaba rota, que si no retoma la marcha como si allí no hubiera pasado nada. Conclusión final, unas magulladuras durante un tiempo - estuvo un mes quejándose de dolores en todo el cuerpo, pero nada más - y al mes, ¡ como si no hubiera pasado nada ! . En fin, he visto golpes, pero os puedo asegurar que yo iba en lugar preferente para observar con todo detalle la torta, y desde luego, volvió a nacer o, es que es, de otra pasta.
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Primavera del 2000
Esta
vez yo no iba, bajaban Julio y Maxi por la carretera de Vigo a Pontevedra sobre
la altura del Faro de Vigo - cerca del puente de Rande -, cuando un automovilista
aparcado en el arcén, abrió la puerta cuando ellos pasaban, y como
es de suponer, ahí se van los dos por los suelos. Consecuencia, Julio con
hematomas por todos los lados, y Maxi con conmoción cerebral y en urgencias
del Meixoeiro. Por suerte fue más lo aparatoso del accidente, que lo que
pudo pasar. Se recuperaron y están para otra. |
Verano del 2006
¡
Vuelve a repetir Julio !. 20 de Junio del 2006, salió solo, y como
no tenía con quien "picarse", la tomó con un camión.
Conclusión, contusiones por todas partes, pero la cabina del camión,
abollada. |
Verano del 2024
¡
Esta vez me ha tocado !, la primera "peligrosa" desde hace más de treinta y cinco años. Quedó en nada, pero pudo ser jorobado. En la mañana del día 27 de junio de 2024, sobre las 10:30 h., llegué al alto de Amoedo y desde ahí decidí que iría por la carretera de Pazos a Prado y después bajaría a Ponteareas y posteriormente subiría Padróns para regresar a casa por Redondela. La carretera de Pazos a Prado, sobre todo al principio, tiene un cierto desnivel en bajada y algunas curvas peligrosas de 90 grados, incluso alguna de las llamadas de herradura. Pues bién, ya en las primeras curvas, a la salida de una de ellas, me encontré con una persona que llevaba su perro suelto por medio de la carretera. Al salir de la curva lo ví, y le dí al freno trasero, con lo cual, la bici me derrapó de atrás pero la pude controlar. Al seguir me dije a mi mismo, Carlos no hay prisa, baja con calma que sabes que las curvas por aquí son muy cerradas. Un par de curvas más, entro pasado en una de ellas, y cuando estoy en plena curva, veo que llevo mucha velocidad. Pienso, si freno, derrapo y caigo con la bicicleta en plena curva, y por lo tanto, opto por tratar de aprovechar el carril de subida, dado que no venía nadie. La velocidad era suficientemente alta para que viera que no podía girar y que me iba recto al terraplén. En esos dos segundos, te agarras a la bicicleta y esperas que el primer talud de silvas y vegetación te pare, pero pasé por encima y me caí unos metros por el barranco abajo con la suerte de que al existir otro nuevo talud de silvas, la bicicleta por un lado y yo por otro, caimos encima de todas las silvas y ortigas posibles, lo bueno es que nos amortiguó el golpe. Conclusión, totalmente resgado y picado el brazo y pierna derecha y parte de la cara, pero, gracias a diós, sin otra lesión aparente. Como pude, desenredé la bici de las silvas, y milagrosamente también sin aparente avería. Retomé el viaje, con más cuidado de lo normal, y acabé la ruta planeada lleguando a casa, esos sí, un poco rascado y arañado de más. Siendo peliculeros, fue exactamente como se ve en la carreras ciclistas profesionales, alguién bajando lanzado, y en una curva entra pasado y desaparece por el barranco. Menos mál que todo lo que pasó, se puede contar. |
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