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No
nos dejan vivir en paz y poder disfrutar de lo que la naturaleza nos ha
deparado, ese será nuestro sino. Pensaremos que toda esta "sin
razón" podría tener un claro motivo, y nos ponemos
a reflexionar si todo lo que nos pasa pudiera tener una respuesta lógica.
Pero no, podríamos pensar que el motivo será por la construcción
salvaje (ignorante del crecimiento sostenible); podría ser la causa,
la despoblación del medio rural por falta de iniciativas; podría
ser el abandono y falta de cuidados de los montes; o bien los afanes de
los avariciosos para buscar la recalificación de mismos, ignorando
que esto sería cambiar pan para hoy por el hambre del mañana;
podría ser la desaprensiva acción del retén insatisfecho
o despechado; o bien el loco de turno, el vecino psicótico, la
ambición del Político, podría ser.........., ¡
que más da !. |
| Por
encima de todas estas sin razones, de todos los medios que para bien y
para mal aportan año a año los políticos de turno,
tenemos que concluir que cada año tenemos mas incendios, cada año
se queman más hectáreas de montes, de bosques, de naturaleza
viva, éstas se repueblan con pinos y eucaliptos (que son teas potenciales,
pero, vaya casualidad, crecen rápido y son rentables para unos
pocos), que los medios de prevención se coartan cada vez más
por las barreras administrativas y burocráticas (véase circular
de un partido a sus bases instando a retrasar, para poder quemar, y así
ganar crédito político), que no existe una cultura de la
prevención, de la concienciación del legado a nuestras próximas
generaciones, y ni mucho menos de la necesidad de la lucha contra los
incendios. |
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Se
ha generado una industria que parece beneficiarse del fuego, políticos
trepas que desean el mal del contrario al precio que sea -no miran la
destrucción que causan, solo miran los réditos políticos-,
madereros, constructores, especuladores, empresas forestales, retenes,
que junto con la maldición del minifundio, de la mala ordenación
territorial, la envidia y el ínfimo concepto del medio ambiente,
nos da como resultado lo que tenemos, el fuego cercándonos a cada
uno de nosotros, aunque no sea propiamente "nuestras casas"
y "nuestros montes", es nuestro legado de la naturaleza a las
siguientes generaciones, y todos estamos implicados como si fuera nuestra
propia casa la que se quema. |
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Busquemos
las verdaderas causas, la tierra, la construcción, la madera, la
falta de posibilidades profesionales, los narcos en acción criminal
haciendo evitar los ojos sobre su tarea en el desembarco del viajero de
la muerte, la falta de cuidado en barbacoas, las quemas de rastrojos indiscriminadas,
las fiestas con sus bombas interminables mientras los montes colindantes
se queman, la caza furtiva, las venganzas o el aburrimiento, el interés
en la caza, en la industria, en fin, todo suma, todo ayuda a que año
a año, en Galicia se constituya un nuevo Prestige, una nuevo desastre
natural pero que, a diferencia del Prestige, como cada verano que de manera
misericorde nos visita para alegría de los trabajadores, desgraciadamente
igual lo hace el fuego y la destrucción que origina las plagas
de incendios que nos asolan. |
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Pero
olvidemos las simplificadoras explicaciones de siempre de nuestros políticos
y gestores y atajemos por el camino mas corto, la verdad sin tapujos,
y, de esta forma, veremos que no hay razón por la que dudar de
que esto tiene solución. El victimismo o el fatalismo solo nos
llevará a la muerte del medio, de los pueblos, de las personas,
de los futuros, es la hora de más medios, más recursos,
pero sobre todo más diligencia e inteligencia en la aplicación.
Solamente podemos pedir penas de cárcel, las más duras posibles,
y leyes más exigentes, porque los incendios no solo amenazan el
medio, ya de por si muy importante, sino la vida de las personas, sus
casas, sus pocas o muchas posesiones, la capacidad de ganarse la vida
y de tener un futuro. Todo esto a cambio de egos despechados, intereses
espúreos o locura. |
Los Gallegos tenemos
que saber que nadie nos va a sacar del atolladero, solamente unidos
esto tendrá solución, fuera políticos que solo
se sirven a ellos mismos y no a su pueblo, fuera especuladores de la
madera que por unos pocos euros cambian nuestra vegetación natural
por especies que asolan nuestros montes, fuera empresas madereras que
no contemplen el crecimiento sostenible, fuera el asalariado rencoroso
que por un sueldo más o menos mísero, quema Troya, fuera
los "locos cuerdos" que apoyados por un supuesto brote psicótico
temporal, tienen impunidad para quemar año a año bosques
y vidas. Y aquellos -muy pocos-, que realmente estén locos, pido
vigilancia extricta para ellos, o se les tiene controlados o se les
ingresa en Centros de atención. Posiblemente, a pesar de todo
esto, los fuegos seguirían existiendo, ¿Por que?, porque
desgraciadamente, a unos pocos, siempre les dará dinero.......................................
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